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miércoles, 17 de mayo de 2017

ALMA, reencarnación



Un increíble video de Rodrigo Blaas. Tal como nuestros tatarabuelos veían el tema. Más o menos así veían el proceso de reencarnación del alma…Hasta hace poco la visión que se tenía del ser humano era esa: que tenía el alma y eso es lo que le convertía en el ser humano. En el proceso de reencarnación del alma éste se encontraba con el cuerpo que pasaba a habitar. Toda una superstición desde el punto de vista de la ciencia. No olvidemos que no es más que UN punto de vista y no siempre muy sólido ni tampoco muy limpio de intereses oscuros.
Como decían los Masíki “de la cintura para arriba, todos somos humanos”. Y también decían que no todos los que tienen el aspecto humano son humanos.
Como dije, hoy en día lo vemos eso como unos prejuicios o supersticiones o, en el mejor de los casos, como un decir.
Las ciencias naturales tras haberle ganado el terreno a la iglesia, impusieron ese modelo que tenemos ahora: no existe nada más que el cuerpo. El cerebro es el productor de la consciencia y el sistema nervioso central es el director de la orquesta.
No parece ser que las cosas sean así. Nos hemos acercado ya a la frontera en la cual, a veces, explicar todo desde la materia no funciona.
Ya en los años 70 del siglo pasado, algunos psicólogos empezaron a afirmar que la consciencia es un fenómeno extracorpóreo, que es un epifenómeno. Es curioso pero lo decían los que estaban en el bando de los materialistas acérrimos.
Todo esto invita, como mínimo, a reconsiderar lo que nos llega desde la ciencias naturales.
Nuestros antepasados acumularon gran cantidad de observaciones sobre aquello que llamamos el Alma.
Rodrigo Blaas de una manera muy resumida pero muy gráfica lo plasmó en su corto (el que habéis podido ver arriba).
Fuente: de la web

jueves, 4 de mayo de 2017

Baño Forestal para la salud




Baños de Bosque “SHINRIN-YOKU”

Los olores del bosque, la luz que filtran y los sonidos que nos envuelven está demostrado que tienen un efecto curativo. Los agentes terapéuticos son los aceites esenciales que desprenden las plantas forestales, las llamadas fitoncidas que regulan el sistema inmunológico humano.
En realidad, el elenco de sustancias volátiles que respiramos cuando estamos en la naturaleza son actualmente objeto de estudio científico, pero se sabe que hay desde fungicidas hasta aceites esenciales. En cierto sentido el paseo por el bosque o “baño de bosque” es como una sesión de aromaterapia.
Los baños de bosque que en lengua japonesa se conoce Shinrin-Yoku ha tomado una especial relevancia desde que investigadores como Qing Li y Tomoyuki Kawada han demostrado los efectos de las sustancias fitoncidas, sustancias volátiles y no volátiles producidas por las plantas y los árboles que a modo de aromaterapia natural refuerzan el sistema inmunitario, relajan el sistema nervioso y el número de células NK (Natural Killer) y los niveles de proteínas anti-cáncer intracelulares.
Estas evidencias científicas han sido claves para que el Shinrin-Yoku se despliegue no sólo en Japón sino por muchos otros países. La metodología de esta práctica es sencilla: un paseo relajado, una respiración consciente y el guiaje de un experto. Muchas empresas organizan para sus directivos prácticas de Shinrin-Yoku a la que consideran una terapia natural con carácter preventivo. Cada año entre 2,5 y 5 millones de japoneses, acuden a las sesiones de “terapia del bosque” en alguno de los 48 centros oficiales designados por la Agencia Forestal de Japón. Antes y después de la caminata se mide la presión arterial y otras variables fisiológicas para que los participantes puedan comprobar la eficacia del tratamiento.
Algunos expertos en psicología han definido el llamado “trastorno por déficit de naturaleza” que afecta especialmente a los niños atrapados frente a las pantallas de ordenador o televisión sin salir de casa. Este trastorno se manifiesta por la falta de atención, la obesidad y el carácter irascible entre otras manifestaciones.
La terapia forestal que proporcionamos desde la práctica con los árboles sanadores añade además de estos aspectos antes mencionados también el aspecto psicológico y emocional que aporta la “comunicación” o acercamiento ritual a los árboles.

Shinrin Yoku (Baño de bosque)

¿Qué es?
El baño de bosque, también conocido como Shinrin Yoku, es una práctica que consiste en pasar tiempo en el bosque, con el objetivo de mejorar la salud, el bienestar y la felicidad. El término viene de su principio más importante: es beneficioso bañarse y sumergirse en la atmósfera del bosque.
Se trata de una actividad procedente de Japón con gran tradición en diferentes culturas del mundo que invita a curar espiritualmente a las personas que lo practican. Precisamente, su componente espiritual es básico.
En realidad, el bosque no es el único espacio donde se puede realizar, sino que cualquier espacio natural y abierto puede servir. Hay muchas actividades que se pueden realizar en estos lugares mientras se pasea por ellos que pueden beneficiar a la persona. Es importante en todas ellas escuchar, estar tranquilo, aceptar y reconocer la presencia propia y dejar que los sentidos sientan y disfruten de lo que hay a su alrededor.

¿Cómo practicar Shinrin Yoku?
La Asociación de Terapia de Bosque y Naturaleza de Estados Unidos indica que hay una serie de pautas necesarias para beneficiarse del Shinrin Yoku:
• Conectar con la naturaleza: hay que desplazar la mente a lo largo del paisaje, de tal manera que se abran los sentidos, se cultive la presencia propia y se comunique la persona con la tierra.
• No tener prisa: los paseos de baño de bosque no tienen como primer objetivo hacer ejercicio físico. La asociación prefiere evitar el término senderismo porque esto implica un esfuerzo físico. Normalmente estos paseos son de un kilómetro y medio y duran entre dos y cuatro horas.
• Prestar atención: frenar y abrir los sentidos. Dejar que los mensajes de la tierra y la naturaleza entren profundamente en la mente y en los corazones.
• Dedicarle tiempo: el baño de bosque no es cosa de una única vez y desarrollar una relación significativa con la naturaleza lleva tiempo.
• Dejarse guiar por un experto: como el yoga, la meditación o el ejercicio, el baño de bosque se aprende mejor con un guía cualificado.
• Pasear no lo es todo: el paseo es importante, pero hay otras rutinas que ayudan a profundizar en la relación con la naturaleza. Algunas de ellas son sentarse o comunicarse con otras especies.

Beneficios
Diversos estudios han analizado los beneficios fisiológicos y psicológicos de esta práctica. La asociación menciona los siguientes:
• Mejor estado de ánimo: se ha visto que los paseos a partir de 40 minutos por el bosque favorecen mejores estados de ánimo y sentimientos de salud y fortaleza.
• Descenso de la hormona del estrés, el cortisol: se reduce así este proceso, relacionado con multitud de patologías como dolores de cabezapresión sanguínea altaproblemas de corazóndiabetesproblemas cutáneosasma o artritis.La sobreexposición a cortisol y otras hormonas de estrés puede aumentar el riesgo de ansiedaddepresión, enfermedades cardíacas, aumento de peso y déficit de memoria y concentración.
• Refuerzo del sistema inmunitario: las hormonas del estrés pueden comprometer el sistema inmunitario. No es raro, por tanto, que el baño de bosque, al reducir la producción de cortisol, fortalezca este sistema de defensa.
• Mejora de la creatividad: pasar tiempo en la naturaleza mejora la creatividad. Si bien para lograr este beneficio es necesario estar inmerso en la naturaleza un tiempo mayor.
• Otros beneficios: el baño de bosque también incrementa la actividad del sistema nervioso parasimpático, mejora el descanso, conserva la energía, reduce el ritmo cardíaco e incrementa la actividad intestinal.