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lunes, 25 de abril de 2016

Ejercicio estimulo cerebral


Ejercicio de respiración para estimular la actividad cerebral

En algunos casos los estudiantes se sienten un tanto agobiados por lo que estudian, sea porque la materia no les gusta, porque tienen problemas de concentración, por sus dificultades en el aprendizaje o por una cantidad de factores más.

Pero este tipo de cosas no sólo ocurre con estudiantes jóvenes. Los universitarios más grandes y cualquier persona independientemente de su edad debe lidiar algunas veces con bloqueos cerebrales que no la dejan trabajar con fluidez ni precisión.


Si hablamos de medicina alternativa, lo mejor en estos casos no es otra cosa que la meditación.A través de la armonía y la concentración se pueden eliminar bloqueos cerebrales que nos impiden realizar nuestras tareas, y este ejercicio puntual puede resultar muy útil a este respecto.

Deberás buscar un lugar cómodo y sentarte de forma que tus músculos no estén tensos y te sientas cómodo, pero para este ejercicio deberás permanecer sentado y no acostado.

Una vez hayas encontrado tu posición inhala aire lentamente por tu nariz y retenla unos segundos. Con el aire retenido mueve la cabeza hacia atrás y adelante unas tres veces, mentalizándote en cómo la energía vital fluye en tu cerebro con tus movimientos de cabeza.

Exhala lentamente por la boca y repite el ejercicio durante entre cinco y quince minutos. Verás que te sientes mucho más liberado y con mayor facilidad para trabajar o estudiar.

miércoles, 13 de abril de 2016

Ho’oponopono+


El amor cura (Ho’oponopono)
 La historia que nos cuenta y sus reflexiones encierran un desafío y una bendición: la realidad externa a nosotros es nuestra propia creación individual y, si aceptemos plenamente este hecho, podemos sanarla a través del amor.
La sanación de tu mundo comienza en ti:

Hace unos años, escuché hablar de un terapeuta en Hawaii que curó un pabellón completo de pacientes criminales con serias patologías (locos) sin siquiera ver a ninguno de ellos. El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de si mismo para ver cómo él (el psicólogo) había creado la enfermedad de esa persona. En la medida en que él mejoraba, el paciente mejoraba también.


La primera vez que escuché hablar de esta historia, pensé que era una leyenda urbana. ¿Cómo podía cualquiera curar a otro tratando de curarse a si mismo? Y, ¿cómo podía, aunque fuera un verdadero maestro, con un gran poder de autocuración, sanar a criminales insanos? No tenía ningún sentido, no era lógico. De modo que descarté esta historia.

Sin embargo, la escuche nuevamente un año después. El terapeuta había usado un proceso de sanación hawaiano llamado “Ho’oponopono”. Nunca había oído hablar de esta técnica, sin embargo no podía dejar de pensar en esa historia. Si era totalmente cierta, yo tenía que saber más.

Siempre había entendido que “total responsabilidad” significaba que soy el responsable de lo que pienso y hago. Pero lo que esté mas allá, está fuera de mis manos. Creo que la mayor parte de la gente piensa lo mismo acerca de la responsabilidad: somos responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen. Pero eso no es así.

El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, me enseñaría una nueva perspectiva acerca de lo que es la total responsabilidad. Probablemente hayamos hablado una hora en nuestra primera conversación telefónica. Le pedí que me contara la historia completa de su trabajo como terapeuta.

Me explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawaii durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era peligroso. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal se enfermaban al poco tiempo o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba el pabellón caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por los pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.

El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Acordó tener una oficina y estudiar los legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre si mismo. Y mientras lo hacía, los pacientes mejoraban.

“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer encadenados se les podía permitir que caminaran libremente” me dijo. “A otros, a quienes tenían que mantener permanentemente medicados, se les podía reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta”. Yo estaba asombrado. “No solamente eso”, continuó, “sino que el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”

“El ausentismo y los cambios de personal disminuyeron drásticamente. Terminamos con más personal del que necesitábamos porque los pacientes eran liberados, pero todo el personal venía a trabajar. Hoy ese pabellón está cerrado.”

Aquí es, lógicamente, donde le hice la pregunta del millón de dólares: “¿Qué estuvo haciendo usted consigo mismo que provocó el cambio en esas personas?”

“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado sus enfermedades”, dijo él. No entendí. El Dr. Len me explicó que la total responsabilidad se extiende a todo lo que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es tu responsabilidad en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.

¡Uau! Esto es muy difícil de aceptar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una cosa. Pero ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida haga o diga, es otra muy distinta. Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma, es tu responsabilidad. Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de tu país, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, están allí para que tu las sanes. No existen, por decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior. El problema no está ahí afuera, está en ti, y para resolverlo, tú debes cambiar.

Sé que esto es difícil de aceptar, mucho menos de vivirlo realmente. Echarle a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad. Pero mientras hablaba con el Dr. Len, comencé a comprender que esta sanación tan particular, el Ho’oponopono, significa amarse plenamente a uno mismo.

Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a ti mismo.

Le pregunté al Dr. Len cómo se curaba a si mismo, qué era lo que hacía exactamente cuando miraba los legajos de los pacientes.

“Simplemente decía ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y otra vez” explicó él: “Lo siento… Te amo.”

“¿Sólo eso?”

“Sólo eso.”

“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo. Y mientras te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo.”

Permíteme darte un rápido ejemplo de como funciona esto: en una oportunidad recibí un e-mail muy agresivo, que me desequilibró. Normalmente hubiera intentado manejar la situación trabajando sobre mis aspectos emocionales más negativos o tratando de razonar con la persona que envió el mensaje. Esa vez decidí probar el método el Dr. Len. Me puse a pronunciar silenciosamente “lo siento” y “te amo”. No lo decía a nadie en particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del amor para sanar, dentro de mí, lo que estaba creando esa circunstancia externa.

En el término de una hora recibí otro e-mail de la misma persona. Se disculpaba por el mensaje anterior. Ten presente que no realicé ninguna acción externa que provocara la disculpa. Ni siquiera contesté el mensaje. Sin embargo, sólo diciendo “te amo”, de algún modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.


Más tarde asistí a un taller de Ho’oponopono dirigido por el Dr. Len, que tiene ahora más de 70 años y es un chaman venerable y solitario.

Alabó mi libro, “El Factor Atractivo”. Me dijo que mientras yo me mejore a mí mismo, la “vibración” de mi libro aumentará y todos lo sentirán cuando lo lean. En resumen: a medida que yo me mejore, mis lectores mejorarán.

“¿Y qué pasará con los libros que ya he vendido y han salido de mí?” pregunté.

“No han salido realmente”, explicó una vez más soplando en mi mente su sabiduría mística. “Aún están dentro de ti”. En resumen: no hay afuera. Me llevaría un libro entero intentar explicar esta técnica con la profundidad necesaria, para transmitir algo así como que cuando desees mejorar cualquier aspecto o situación en tu vida, hay sólo un lugar donde intentarlo: dentro de ti. Y cuando mires allí, hazlo con amor”.

Dr. Joe Vitale

domingo, 3 de abril de 2016

Ejercicio físico y salud del cerebro


Las personas mayores que hacen ejercicio intenso tienen mejor capacidad mental
Un estudio observa notables diferencias según el nivel de actividad física

Investigadores estadounidenses han comprobado que las personas mayores que practican ejercicio entre moderado e intenso son 10 años menos viejas a nivel mental que las que practican ejercicio entre escaso y nulo. En un estudio realizado a lo largo de 12 años, observaron que la capacidad para recordar palabras de una lista, por ejemplo, era mucho mayor entre los más deportistas.

El ejercicio en personas de edad avanzada se asocia con una menor tasa de deterioro en la capacidad para pensar, propia del envejecimiento. Según un estudio realizado por la Universidad de Miami y la de Columbia (EE.UU.), las personas que practican poco o ningún ejercicio experimentan un deterioro equivalente a 10 años de envejecimiento en comparación con las personas que practican ejercicio entre moderado e intenso.

El estudio se ha publicado en Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología (AAN), que lo resume en una nota de prensa.

"El número de personas mayores de 65 años en los Estados Unidos va en aumento, es decir, que los problemas de salud en cuanto a pensamiento y memoria probablemente crecerán", dice el autor del estudio Clinton B. Wright, de la Universidad de Miami, miembro de la Academia. "Nuestro estudio muestra que hacer ejercicio regular puede proteger a las personas mayores, ayudando a mantener sus capacidades cognitivas más tiempo."

Para el estudio, los investigadores analizaron los datos de 876 personas participantes en el estudio Norte de Manhattan, realizado en Nueva York, a los que se les preguntó cuánto tiempo y con qué frecuencia habían hecho ejercicio durante las dos semanas anteriores a la encuesta.

Unos siete años más tarde de media, a cada persona se le dieron pruebas de memoria y de habilidades de pensamiento y se le hizo una resonancia magnética del cerebro, y cinco años después, de nuevo, les hicieron pruebas de memoria y pensamiento. Del grupo, el 90 por ciento informó haber hecho ejercicio ligero o ningún ejercicio. El ejercicio ligero podía incluir actividades tales como caminar y yoga.

El restante 10 por ciento dijo haber hecho ejercicio de intensidad entre alta y moderada, lo que podría incluir actividades tales como correr, ejercicios aeróbicos, o calistenia.

Problemas

Los investigadores encontraron que aquellos que reportaban bajos niveles de actividad mostraron una mayor disminución de las habilidades mentales -como recordar palabras de una lista- en comparación con aquellos con altos niveles de actividad. La diferencia era igual a 10 años de envejecimiento. La diferencia también se mantenía cuando los investigadores ajustaban otros factores que podrían afectar a la salud del cerebro, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la hipertensión arterial y el índice de masa corporal.

"La actividad física es una opción atractiva para reducir la carga del deterioro cognitivo en la salud pública, ya que es barata y no interfiere con los medicamentos", dice Wright. "Nuestros resultados sugieren que el ejercicio entre moderado e intenso puede ayudar a las personas mayores a retrasar el envejecimiento del cerebro, pero hace falta más investigación para confirmar estos resultados."

El estudio fue una colaboración entre la Universidad de Miami y la Universidad de Columbia, con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.

Un estudio publicado hace cinco años por la Universidad de Columbia ya demostraba que la gente mayor que hace ejercicio entre moderado e intenso regularmente es menos propicia a sufrir pequeñas lesiones cerebrales o “infartos cerebrales silenciosos”, que son el primer signo de enfermedad cerebrovascular.

Referencia bibliográfica:

J. Z. Willey, H. Gardener, M. R. Caunca, Y. P. Moon, C. Dong, Y. K. Cheung, R. L. Sacco, M. S. V. Elkind, C. B. Wright: Leisure-time physical activity associates with cognitive decline: The Northern Manhattan Study. Neurology (2016). DOI: 10.1212/WNL.0000000000002582.


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Los frijoles y los garbanzos podrían ayudar a perder peso, según un estudio

Las legumbres podrían ayudar a los que siguen una dieta a sentirse más saciados y a reducir sus ansias de comer, muestra un análisis reciente

Los frijoles, los garbanzos, los guisantes y las lentejas son alimentos humildes que podrían ser muy útiles para perder peso, informan unos investigadores canadienses.

Un nuevo análisis de datos de 21 ensayos clínicos sobre estos alimentos (conocidos colectivamente como legumbres) descubre que pueden ayudar a los que siguen una dieta a sentirse llenos, y perder el peso que no desean. 

"Aunque la pérdida de peso fue pequeña, nuestros hallazgos sugieren que simplemente incluir las legumbres en la dieta podría ayudarle a perder peso, y creemos que, más importante todavía, puede evitar que lo vuelva a ganar una vez lo haya perdido", dijo el autor principal del estudio, Russell de Souza, investigador del Hospital St. Michael de Toronto, en un comunicado de prensa del hospital.
Los hallazgos no sorprendieron a una experta. "Este tipo de legumbres son algunos de los alimentos más infravalorados", dijo Dana Angelo White, nutricionista y profesora asistente de medicina deportiva en la Universidad de Quinnipiac, en Hamden, Connecticut. "Están llenas de fibra, proteínas, vitaminas y minerales", indicó.
"Tiene sentido que ayuden a perder peso y a reducir el colesterol si se comen con regularidad". El equipo canadiense también indicó que las legumbres tienen un "índice glucémico bajo", lo que significa que se procesan lentamente en el tracto digestivo.

Los ensayos incluidos en el nuevo análisis incluyeron a un total de 940 adultos. Cuando los participantes empezaron a comer una porción (3/4 de una taza) de legumbres al día, perdieron un promedio de 0.75 libras (0.34 kilos) en 6 semanas sin hacer ningún esfuerzo especial para evitar otros tipos de alimentos, dijeron los investigadores.

Según el equipo de de Souza, la investigación anterior ha mostrado que comer frijoles, lentejas y otras legumbres hace que las personas se sientan más llenas.
Esa es la clave para perder peso: el 90 por ciento de los programas para perder peso fracasan, en parte por la influencia del hambre y las ansias por comer, según de Souza.
"Este nuevo estudio encaja bien con nuestro trabajo anterior, en el que encontramos que las legumbres aumentaron el sentimiento de saciedad en un 31 por ciento, lo que podría realmente resultar en una ingesta menor de comida", dijo.

Estos alimentos también parecen ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL "malo", añadió.

Antonella Apicella, dietista de pacientes ambulatorios del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, afirmó que el estudio "respalda la idea de que los alimentos como los frijoles, las lentejas, los garbanzos y los guisantes secos podrían reducir la grasa corporal y podrían contribuir a la pérdida de peso, incluso si las calorías no estaban restringidas". Se mostró de acuerdo en que las legumbres parecen ayudar a las personas a sentirse más saciadas antes, y la fibra que contienen estos alimentos "podría reducir la absorción de grasa".

Los hallazgos aparecen el 30 de marzo en la revista The American Journal of Clinical Nutrition.


FUENTES: Dana Angelo White, RD, nutritionist and clinical assistant professor of athletic training and sports medicine, Quinnipiac University, Hamden, Conn.; Antonella Apicella, RD, outpatient dietitian, Lenox Hill Hospital, New York City; St. Michael's Hospital, news release, March 30, 2016



viernes, 1 de abril de 2016

Adultos mayores+ejercicio=retardar envejecimiento

El ejercicio puede retardar el envejecimiento en 10 años en adultos mayores
El ejercicio en los adultos mayores es asociado a una tasa más lenta de deterioro de las habilidades del pensamiento cuando se envejece. Las personas que reportaron hacer ejercicio ligero o la ausencia total de éste experimentaron un deterioro equivalente a 10 años de envejecimiento en comparación con aquellos que hacían ejercicio moderado o intenso, de acuerdo a un estudio científico publicado en Neurology, revista científica de la Academia de Neurología de Estados Unidos .
“El número de personas por encima de los 65 años en los Estados Unidos está creciendo, lo que implica que la carga en salud pública en problemas de pensamiento y memoria van a aumentar”, indicó el autor del estudio Clinton B. Wright de la Universidad de Miami y también integrante de la Academia de Neurología de Estados Unidos. “Nuestro estudio mostró que para los adultos mayores, hacer ejercicio regular puede ser una forma de protección, ayudándolos a mantener sus habilidades cognitivas por más tiempo”, explicó.
Para el estudio, investigadores revisaron la información de 876 personas a las que se les preguntó sobre sus hábitos de ejercicio. Un promedio de 7 años después, cada persona hizo un test de memoria y habilidades de pensamiento, y se les hizo una resonancia magnética; y cinco años después se les volvió a hacer exámenes.
En el grupo, un 90% indicó que hacían ejercicios ligeros o simplemente no realizaban ejercicios. El ejercicio ligero incluía actividades como caminar y yoga. El restante 10% indicó que hacían ejercicios de moderada y gran intensidad, que incluía a corredores y aquellos que hacían aeróbicos.
Los investigadores encontraron que aquellos que habían reportado poca actividad física habían experimentado un deterioro en las habilidades de memoria y pensamiento. La diferencia era igual a 10 años de envejecimiento. La diferencia se mantuvo igual incluso cuando los investigadores ajustaron otros factores que pueden dañar la salud del cerebro como fumar, uso de alcohol, presión arterial alta e índice de grasa corporal.
“La actividad física es una opción atractiva para reducir la carga de discapacidad cognitiva en salud pública por su costo bajo y no interfiere con la medicación”, explicó Wright. “Nuestros resultados sugieren que el ejercicio moderado e intenso puede ayudar a los adultos mayores a retrasar el envejecimiento del cerebro, pero más investigación de ensayos clínicos aleatorios comparando programas de ejercicio con actividades sedentarios son necesarios para confirmar estos resultados”, agregó el investigador.

DATOS CLAVES

El estudio científico fue una colaboración entre la Universidad de Miami y la Universidad de Columbia y tuvo el apoyo del Instituto Nacional de Salud y el Instituto Nacional de Desórdenes neurológicos de Estados Unidos.