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lunes, 28 de noviembre de 2016

Salud: Cúrcuma Latte



Cúrcuma latte: la "súper bebida" que será furor en 2017
La especia de origen asiático tiene propiedades analgésicas y otros múltiples usos. Te enseñamos como preparar el “té dorado”
El resultado final prescinde de los filtros de Instagram. Su color amarillo, vivo, poco común, es parte del brebaje que se convirtió en la "súper bebida dorada" a la que Google le ha puesto el ojo. Se trata del cúrcuma latte, la consecuencia lógica de una combinación que se ha convertido en un boom de las redes sociales y al que han adherido algunas celebrities hollywoodenses.


El informe "Foods Trends 2016" de Google reveló que la cúrcuma fue el ingrediente que más había aumentado sus búsquedas en Estados Unidos. De origen indio, esta especia es una de las más utilizadas en la gastronomía estadounidense. La cúrcuma se utiliza de condimento para platos como el curry está ligado al sur de Asia desde hace más de 4.000 años, pero Google ha hecho de él una de las estrellas de este año, asegurando que será el "té dorado" aquel que se impondrá durante los primeros meses de 2017.
La cúrcuma es uno de los principales componentes del curry (Shutterstock)
Una de sus principales defensoras es la actriz y cantante Gwyneth Paltrow. Desde Goop -su sitio web- no dejó de exhibir las bondades de esta especia y proponen recetas del cúrcuma latte que incluyen jengibre, leche de almendras, aceite y azúcar de coco y una pizca de sal.

Aunque el té matcha actualmente es la bebida con más repercusión en Estados Unidos, apostar por la bebida amarilla parece ser la nueva opción. En su sitio, Paltrow explicó la receta de cómo preparar el mejor cúrcuma latte:
Ingredientes

1 cucharadita de cúrcuma fresca, pelada y picada.
1 cucharadita de jengibre pelado y picado
1 cucharada de azúcar de coco
2 cucharaditas de aceite de coco
1 pizca de sal
1 taza de leche de almendras
La cúrcuma es una especia asiática


Modo de preparación

Echar la cúrcuma, el jengibre, el azúcar de coco y una pizca de sal en un vaso batidor y batir.
Por otra parte, calentar la leche de almendras hasta la temperatura deseada.

Verter la leche en el vaso batidor y volver a batir todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla lisa y espumosa.


domingo, 27 de noviembre de 2016

Guerrero Espiritual

¿QUE ES UN GUERRERO ESPIRITUAL? 
- Por Ramiro Calle
(Ramiro A. Calle es un maestro y escritor de yoga, pionero en introducir en España esta disciplina. Ha escrito más de un centenar de libros de diversas temáticas, en su mayoría filosóficas o espirituales, aunque también recopilaciones de cuentos y guías de viajes)
---Querido Joaquín,
Todos los años me hago solemnemente, al menos una vez, el propósito de ser un guerrero espiritual, y al hilo de esta intención quisiera compartir estas líneas contigo.

¿Quién es un guerrero? Quien hace de la vida una búsqueda, quien trata de sacarle sentido a cada momento, quien valora la sabiduría y la compasión, quien aprende a manejarse vital y existencialmente, es todo sagacidad y está libre de violencia. Es un guerrero el que entona el ánimo, no desfallece, saca inspiración de la tristeza, valora lo positivo y no se pierde en lo negativo. Es recio y recto; procura ser ético y ecuánime, intenta no caer en sus propias trampas, convierte la vida en la gran maestra, trata de liberar la mente de engaños y autoengaños, pretextos falaces y componendas.

Además, valora la inteligencia clara y la ternura expansiva, está siempre en el intento de autodesarrollarse para beneficio propio y de los demás, vive sin odio entre los que odian, con alegría entre los abatidos, con confianza entre los desconfiados, con júbilo entre los desolados, con ánimo entre los desanimados y con desapego entre los codiciosos. La guerrería espiritual es una actitud, un aroma, una presencia. Puede ser un guerrero el estudiante, el ama de casa, el hombre de negocios, el campesino o cualquier persona que procure un significado de crecimiento interior a su vida, que asocie el desarrollo externo con el interno, que esté en el intento y en el empeño de abrillantar la consciencia, de pulir la inteligencia primordial y desenvolver el amor y la compasión.

El guerrero es cuidadoso consigo mismo y con los demás, evita el daño, promueve el bienestar, desarrolla un sentimiento de unidad.

Es un verdadero guerrero espiritual aquél que aprende a relacionarse consigo mismo, mejora la relación con otras criaturas sintientes, desarrolla sus potenciales anímicos, procura un sentido de integración y mejoramiento a la existencia, promueve las energías constructivas y de crecimiento, instrumentaliza la vida –incluso en las circunstancias adversas- para completar su evolución interior. Sabe vivir a cada instante con consciencia lúcida y ecuánime… o por lo menos no ceja en su intento de conseguirlo.

Es un guerrero espiritual el que emprende la conquista de sí mismo. Para ello no se aísla, prosigue con su vida cotidiana, aunque en una dimensión de consciencia y percepción diferente a los que no están en la senda de la búsqueda; vive instalado en el equilibrio, no dejándose perturbar en exceso por la ganancia o la derrota, el encuentro o el desencuentro, el elogio o el insulto. No hay mayor conquista que la de uno mismo; no hay mayor conocimiento que el conocimiento interior; no hay mayor alegría que la que brota de la fuente interna de serenidad y no depende exclusivamente de los eventos del exterior.

Aprende el guerrero espiritual a no lamentarse ni autocompadecerse. No se complace en la duda por la duda, investiga, aprende, titubea, pero no es la suya la incertidumbre escéptica, estéril y desertizante. Apela a la inteligencia humana y desarrolla la comprensión clara, aunque sabe que muchos seres humanos ni siquiera entienden lo que es comprender.

Ama el silencio exterior, cuanto más el interior. Remansándose en sí mismo, en meditación fecunda, renueva su energía, su visión clara, su ánimo estable. En meditación, cultiva metódicamente la atención y bruñe la conciencia. En la vida cotidiana prosigue alerta, porque sólo los atentos están vivos y evitan herir en pensamiento, palabra o acción. Porque esta atención le hace ser preciso, autoconsciente y vigilante, y no se identifica con negatividades propias o ajenas. En la meditación y en el silencio interior el guerrero escucha la voz de su ser, que le infunde nuevos ánimos.

No cree en la violencia, sabe que la única ley eterna es la del amor. No cree en la coacción ni en medio coercitivos, sabe que la disciplina consciente es imprescindible, así como el confrontar la vida con sentido del esfuerzo y del dolor. No se ofende por banalidades, no se inmuta por trivialidades. No cree que pueda florecer nada hermoso del miedo, tampoco cree en el desorden, pero su orden no es rígido ni neurótico. Sabe que la limpieza del mundo debe empezar con la de la propia mente.

Aprecia su cuerpo, lo atiende, lo dispone, lo prepara, pero sin apego, sin obsesiones. También cuida su mente y la cultiva con esmero. Impone una dosis de dignidad a su carácter y examina su conducta. A través de la meditación recobra su armonía básica, siendo su postura símbolo de su talante. Desde la tierra en la que se apoya quiere proyectarse a la totalidad.

El guerrero espiritual, en fin, trata de mantener la mente limpia.

Un abrazo, querido amigo.
Ramiro.

Del libro “El Cielo en la Tierra”, de Ramiro Calle y Joaquín Tamames





sábado, 12 de noviembre de 2016

Bajar el estrés


Cómo afecta el enojo y el estrés al cuerpo


“Hacerse mala sangre” es una expresión coloquial usada para indicar enojo. Como muchos dichos populares, contiene una gran verdad. Cuando nos enfadamos, nuestro cuerpo reacciona de la misma forma que ante el estrés: los músculos se contraen, la respiración se acelera, la presión sanguínea sube, el corazón se agranda, etc.


Lo más fuerte es la cantidad de hormonas y neurotransmisores que se segregan (cerca de una docena: adrenalina, cortisol, insulina, etc.): la famosa “mala sangre”. Y es peor cuando estamos continuamente en ese estado, porque el estrés (la ansiedad y el enojo están ligados a él) agudo y circunstancial es algo que el cuerpo puede manejar, pero se vuelve incontrolable cuando es constante. Muchas enfermedades provienen de esta situación: ataques cardíacos, diabetes, colesterol alto, trastornos del sueño, de la digestión y del sistema inmunológico, ataques de ansiedad y de pánico, y un largo etcétera.






En una sociedad con altos grados de exigencia, cambios y riesgos, estamos expuestos a estresarnos incesantemente, por lo que es fundamental aprender a controlar este mecanismo, manejando las emociones. Es preciso estar centrados, anclados en la Tierra y la Luz, sin perdernos de nosotros mismos. Aunque no nos demos cuenta, el paradigma que sostenemos (el mundo como peligroso o la vida como una lucha, por ejemplo) influyen mucho en lo que percibimos y actuamos. Revisemos nuestros pensamientos y transformemos los que no nos ayudan. Un mundo amable y sincrónico es también posible.