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viernes, 29 de julio de 2016

ARTROSIS: Ana María LaJusticia



Ana María LaJusticia, con casi 90 años dice estar mejor que a los 60 años.

Autora del libro: "La Artrosis y su solución"

Alegre, vital, chispeante, inteligente, locuaz, Ana María Lajusticia, la profeta del magnesio, inspira confianza de tan despierta y lozana que se la ve a su edad. Su formación como química (de joven trabajó en la extracción de espato-flúor en las minas) le ha permitido desentrañar los secretos de la bioquímica del magnesio. Y con su historia personal ilustra los efectos benéficos del magnesio en la salud humana.

Desde que publicó, en 1977, "La alimentación equilibrada en la vida moderna", no ha dejado de indagar y divulgar: "Dietas a la carta"; "La artrosis y su solución"; "El magnesio, clave para la salud".

Aconseja tomar 3 mg de magnesio por día, porque “dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos. El magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo y también frena la inflamación prostática”. "Tengo 89 años. Nací en Bilbao y vivo en Barcelona. Soy licenciada en Ciencias Químicas. He tenido seis hijos. Soy apolítica. Dejé de ser religiosa porque los curas predicaban que la enfermedad era un castigo. El chocolate negro puro es el alimento natural con más magnesio", afirma.

-Casi 90 años ¡y qué joven se ve!
-Estoy mucho mejor que hace treinta años, la verdad.

-¿Qué le pasaba antes?
-Tenía artrosis, degeneración de los tejidos cartilaginosos. Me dolían todas las articulaciones, sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la coronilla. ¡Llevaba corsé!

-¿Corsé?
-Un corsé de varillas para sostener tiesa la columna vertebral, para no derrumbarme por el dolor de espalda.

-¿Cuánto tiempo llevó ese corsé?
-Desde los 31 años hasta los 52 años.

-Eso son..., ¡veinte años largos!
-Sí, muchacho, sí. Estaba condenada a llevarlo el resto de mis días, decían mis médicos.

-¿Y qué pasó?
-Me dieron cortisona y desarrollé una diabetes. ¡Me asusté! Tenía 43 años, fue un mazazo. Decidí tomar las riendas de mi alimentación, porque comía muy incorrectamente.

-¿Qué comía hasta entonces?
- Demasiados hidratos de carbono (pan, galletas, pasta, arroz) y pocas proteínas, no comía ni carnes ni pescado.

-¿Y cómo rectificó?
-Desayuné una naranja y un huevo frito con jamón de york: vitamina C y proteína.

-¿Y mejoró?
-Comía bien, pescado, carne... y tomaba magnesio. ¡Y eso me curó! A los dos años, me quité el corsé. Tuve esguinces en la espalda por falta de musculatura, pero ¡estaba curada!

-¿Por qué apostó por el magnesio?
-Soy química, investigué... ¡y entendí!

-¿Qué entendió?
-Que la degeneración de mis cartílagos se debía a falta de colágeno. Es que el organismo necesita tres elementos para formar colágeno: proteína, vitamina C... ¡y magnesio!

-¿Y no aporta magnesio la comida?
-Así era cuando abonábamos cultivos con heces. Pero los abonos sintéticos carecen de magnesio: no está en la cadena alimentaria.

-¿Cuánto magnesio necesito?
-Unos 3 gramos por día, por vía oral: tomando suplementos de magnesio. ¡Son baratísimos! Se venden en cualquier farmacia.

-¿Esto revierte las artrosis?
-Los cartílagos pueden regenerarse: ¡lo he vivido! Tras dos años de tomar magnesio, mis articulaciones se recuperaron. Y hoy mis análisis son perfectos: ¡ni colesterol!

-¿Qué la puso en la pista del magnesio?
-Durante la Primera Guerra Mundial, unos médicos franceses observaron que los heridos que mejor se recuperaban ¡eran los que pasaban por balnearios magnesianos!

-La falta de magnesio, ¿cómo se nota?
-Tendrás dolor articular. Calambres. Contracturas. Taquicardias. Vértigos. Espasmos en párpados. Espasmos en esófago, estómago o intestino. Hormigueo en torno a la boca. Hipo. Sensación de bola en la garganta. Darás patadas estando dormido, como si cayeras... Verás lucecitas con los ojos cerrados. Y te levantarás muy cansado.

-Alguna vez he vivido algún síntoma...
-Ante dos de estos síntomas, toma magnesio.

-¿Dónde hay más magnesio al natural?
-En la semilla de cacao. El chocolate negro, puro, lleva casi 500 miligramos en cien gramos. Muy por detrás, en soja y almendras.

-Si tomo cada día chocolate negro o el magnesio equivalente, ¿crearé colágeno?
-Sí, ¡y el colágeno es muy, muy importante!: es el 40% de la proteína de tu cuerpo.

-Fundamental para...
-Esqueleto, tendones, cartílagos.

-¿El esqueleto? ¿No necesitaba calcio?
-El colágeno es la base: sin él, el calcio mineraliza el hueso... y se quiebra. El colágeno aporta flexibilidad. ¡Es una barbaridad recetar mucho calcio a las menopáusicas!

-¿Seguro?
- Tanto calcio se deposita en la luz de las arterias y las cierra: ¡arteriosclerosis! Y los huesos se vuelven muy quebradizos. ¡Es fatal!

-¿A tomar magnesio, entonces?
-En cada comida, un gramo, porque si tomas una dosis más alta de magnesio, no podrá absorberse, y se eliminará por la orina.

-¿Qué efecto central tiene el magnesio?
- Relaja la musculatura. ¡Por eso los corredores etíopes son excelsos! El suelo está fertilizado por cenizas piroclásticas de magnesio, que pasa a las plantas y a los alimentos que comen. Pese a tener menos capacidad pulmonar que otros corredores, ¡rinden más!

-¿Qué otros beneficios me reportará tomar magnesio?
-Dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos...

-¿Combate taquicarAlegre, vital, chispeante, inteligente, locuaz, Ana María Lajusticia, la profeta del magnesio, inspira confianza de tan despierta y lozana que se la ve a su edad. Su formación como química (de joven trabajó en la extracción de espato-flúor en las minas) le ha permitido desentrañar los secretos de la bioquímica del magnesio. Y con su historia personal ilustra los efectos benéficos del magnesio en la salud humana.

Desde que publicó, en 1977, "La alimentación equilibrada en la vida moderna", no ha dejado de indagar y divulgar: "Dietas a la carta"; "La artrosis y su solución"; "El magnesio, clave para la salud".


Aconseja tomar 3 mg de magnesio por día, porque “dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos. El magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo y también frena la inflamación prostática”. "Tengo 89 años. Nací en Bilbao y vivo en Barcelona. Soy licenciada en Ciencias Químicas. He tenido seis hijos. Soy apolítica. Dejé de ser religiosa porque los curas predicaban que la enfermedad era un castigo. El chocolate negro puro es el alimento natural con más magnesio", afirma.

-Casi 90 años ¡y qué joven se ve!
-Estoy mucho mejor que hace treinta años, la verdad.

-¿Qué le pasaba antes?
-Tenía artrosis, degeneración de los tejidos cartilaginosos. Me dolían todas las articulaciones, sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la coronilla. ¡Llevaba corsé!

-¿Corsé?
-Un corsé de varillas para sostener tiesa la columna vertebral, para no derrumbarme por el dolor de espalda.

-¿Cuánto tiempo llevó ese corsé?
-Desde los 31 años hasta los 52 años.

-Eso son..., ¡veinte años largos!
-Sí, muchacho, sí. Estaba condenada a llevarlo el resto de mis días, decían mis médicos.

-¿Y qué pasó?
-Me dieron cortisona y desarrollé una diabetes. ¡Me asusté! Tenía 43 años, fue un mazazo. Decidí tomar las riendas de mi alimentación, porque comía muy incorrectamente.

-¿Qué comía hasta entonces?
- Demasiados hidratos de carbono (pan, galletas, pasta, arroz) y pocas proteínas, no comía ni carnes ni pescado.

-¿Y cómo rectificó?
-Desayuné una naranja y un huevo frito con jamón de york: vitamina C y proteína.

-¿Y mejoró?
-Comía bien, pescado, carne... y tomaba magnesio. ¡Y eso me curó! A los dos años, me quité el corsé. Tuve esguinces en la espalda por falta de musculatura, pero ¡estaba curada!

-¿Por qué apostó por el magnesio?
-Soy química, investigué... ¡y entendí!

-¿Qué entendió?
-Que la degeneración de mis cartílagos se debía a falta de colágeno. Es que el organismo necesita tres elementos para formar colágeno: proteína, vitamina C... ¡y magnesio!

-¿Y no aporta magnesio la comida?
-Así era cuando abonábamos cultivos con heces. Pero los abonos sintéticos carecen de magnesio: no está en la cadena alimentaria.

-¿Cuánto magnesio necesito?
-Unos 3 gramos por día, por vía oral: tomando suplementos de magnesio. ¡Son baratísimos! Se venden en cualquier farmacia.

-¿Esto revierte las artrosis?
-Los cartílagos pueden regenerarse: ¡lo he vivido! Tras dos años de tomar magnesio, mis articulaciones se recuperaron. Y hoy mis análisis son perfectos: ¡ni colesterol!

-¿Qué la puso en la pista del magnesio?
-Durante la Primera Guerra Mundial, unos médicos franceses observaron que los heridos que mejor se recuperaban ¡eran los que pasaban por balnearios magnesianos!

-La falta de magnesio, ¿cómo se nota?
-Tendrás dolor articular. Calambres. Contracturas. Taquicardias. Vértigos. Espasmos en párpados. Espasmos en esófago, estómago o intestino. Hormigueo en torno a la boca. Hipo. Sensación de bola en la garganta. Darás patadas estando dormido, como si cayeras... Verás lucecitas con los ojos cerrados. Y te levantarás muy cansado.

-Alguna vez he vivido algún síntoma...
-Ante dos de estos síntomas, toma magnesio.

-¿Dónde hay más magnesio al natural?
-En la semilla de cacao. El chocolate negro, puro, lleva casi 500 miligramos en cien gramos. Muy por detrás, en soja y almendras.

-Si tomo cada día chocolate negro o el magnesio equivalente, ¿crearé colágeno?
-Sí, ¡y el colágeno es muy, muy importante!: es el 40% de la proteína de tu cuerpo.

-Fundamental para...
-Esqueleto, tendones, cartílagos.

-¿El esqueleto? ¿No necesitaba calcio?
-El colágeno es la base: sin él, el calcio mineraliza el hueso... y se quiebra. El colágeno aporta flexibilidad. ¡Es una barbaridad recetar mucho calcio a las menopáusicas!

-¿Seguro?
- Tanto calcio se deposita en la luz de las arterias y las cierra: ¡arteriosclerosis! Y los huesos se vuelven muy quebradizos. ¡Es fatal!

-¿A tomar magnesio, entonces?
-En cada comida, un gramo, porque si tomas una dosis más alta de magnesio, no podrá absorberse, y se eliminará por la orina.

-¿Qué efecto central tiene el magnesio?
- Relaja la musculatura. ¡Por eso los corredores etíopes son excelsos! El suelo está fertilizado por cenizas piroclásticas de magnesio, que pasa a las plantas y a los alimentos que comen. Pese a tener menos capacidad pulmonar que otros corredores, ¡rinden más!

-¿Qué otros beneficios me reportará tomar magnesio?
-Dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos...

-¿Combate taquicardias e infartos?
-Sí, el magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo. Ah, y también frena la inflamación prostática.

-¡La panacea, vamos!
-También favorece la formación de neurotransmisores: ¡tu coco funcionará mejor!

-¿Por qué no se conoce más todo esto?

-Que le responda Burton Altura, máximo experto mundial en el magnesio: "La magnesoterapia es demasiado barata, no reporta beneficios a la industria farmacéutica".dias e infartos?
-Sí, el magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo. Ah, y también frena la inflamación prostática.

-¡La panacea, vamos!
-También favorece la formación de neurotransmisores: ¡tu coco funcionará mejor!

-¿Por qué no se conoce más todo esto?

-Que le responda Burton Altura, máximo experto mundial en el magnesio: "La magnesoterapia es demasiado barata, no reporta beneficios a la industria farmacéutica".




Alegre, vital, chispeante, inteligente, locuaz, Ana María Lajusticia, la profeta del magnesio, inspira confianza de tan despierta y lozana que se la ve a su edad. Su formación como química (de joven trabajó en la extracción de espato-flúor en las minas) le ha permitido desentrañar los secretos de la bioquímica del magnesio. Y con su historia personal ilustra los efectos benéficos del magnesio en la salud humana.

Desde que publicó, en 1977, "La alimentación equilibrada en la vida moderna", no ha dejado de indagar y divulgar: "Dietas a la carta"; "La artrosis y su solución"; "El magnesio, clave para la salud".


Aconseja tomar 3 mg de magnesio por día, porque “dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos. El magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo y también frena la inflamación prostática”. "Tengo 89 años. Nací en Bilbao y vivo en Barcelona. Soy licenciada en Ciencias Químicas. He tenido seis hijos. Soy apolítica. Dejé de ser religiosa porque los curas predicaban que la enfermedad era un castigo. El chocolate negro puro es el alimento natural con más magnesio", afirma.

-Casi 90 años ¡y qué joven se ve!
-Estoy mucho mejor que hace treinta años, la verdad.

-¿Qué le pasaba antes?
-Tenía artrosis, degeneración de los tejidos cartilaginosos. Me dolían todas las articulaciones, sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la coronilla. ¡Llevaba corsé!

-¿Corsé?
-Un corsé de varillas para sostener tiesa la columna vertebral, para no derrumbarme por el dolor de espalda.

-¿Cuánto tiempo llevó ese corsé?
-Desde los 31 años hasta los 52 años.

-Eso son..., ¡veinte años largos!
-Sí, muchacho, sí. Estaba condenada a llevarlo el resto de mis días, decían mis médicos.

-¿Y qué pasó?
-Me dieron cortisona y desarrollé una diabetes. ¡Me asusté! Tenía 43 años, fue un mazazo. Decidí tomar las riendas de mi alimentación, porque comía muy incorrectamente.

-¿Qué comía hasta entonces?
- Demasiados hidratos de carbono (pan, galletas, pasta, arroz) y pocas proteínas, no comía ni carnes ni pescado.

-¿Y cómo rectificó?
-Desayuné una naranja y un huevo frito con jamón de york: vitamina C y proteína.

-¿Y mejoró?
-Comía bien, pescado, carne... y tomaba magnesio. ¡Y eso me curó! A los dos años, me quité el corsé. Tuve esguinces en la espalda por falta de musculatura, pero ¡estaba curada!

-¿Por qué apostó por el magnesio?
-Soy química, investigué... ¡y entendí!

-¿Qué entendió?
-Que la degeneración de mis cartílagos se debía a falta de colágeno. Es que el organismo necesita tres elementos para formar colágeno: proteína, vitamina C... ¡y magnesio!

-¿Y no aporta magnesio la comida?
-Así era cuando abonábamos cultivos con heces. Pero los abonos sintéticos carecen de magnesio: no está en la cadena alimentaria.

-¿Cuánto magnesio necesito?
-Unos 3 gramos por día, por vía oral: tomando suplementos de magnesio. ¡Son baratísimos! Se venden en cualquier farmacia.

-¿Esto revierte las artrosis?
-Los cartílagos pueden regenerarse: ¡lo he vivido! Tras dos años de tomar magnesio, mis articulaciones se recuperaron. Y hoy mis análisis son perfectos: ¡ni colesterol!

-¿Qué la puso en la pista del magnesio?
-Durante la Primera Guerra Mundial, unos médicos franceses observaron que los heridos que mejor se recuperaban ¡eran los que pasaban por balnearios magnesianos!

-La falta de magnesio, ¿cómo se nota?
-Tendrás dolor articular. Calambres. Contracturas. Taquicardias. Vértigos. Espasmos en párpados. Espasmos en esófago, estómago o intestino. Hormigueo en torno a la boca. Hipo. Sensación de bola en la garganta. Darás patadas estando dormido, como si cayeras... Verás lucecitas con los ojos cerrados. Y te levantarás muy cansado.

-Alguna vez he vivido algún síntoma...
-Ante dos de estos síntomas, toma magnesio.

-¿Dónde hay más magnesio al natural?
-En la semilla de cacao. El chocolate negro, puro, lleva casi 500 miligramos en cien gramos. Muy por detrás, en soja y almendras.

-Si tomo cada día chocolate negro o el magnesio equivalente, ¿crearé colágeno?
-Sí, ¡y el colágeno es muy, muy importante!: es el 40% de la proteína de tu cuerpo.

-Fundamental para...
-Esqueleto, tendones, cartílagos.

-¿El esqueleto? ¿No necesitaba calcio?
-El colágeno es la base: sin él, el calcio mineraliza el hueso... y se quiebra. El colágeno aporta flexibilidad. ¡Es una barbaridad recetar mucho calcio a las menopáusicas!

-¿Seguro?
- Tanto calcio se deposita en la luz de las arterias y las cierra: ¡arteriosclerosis! Y los huesos se vuelven muy quebradizos. ¡Es fatal!

-¿A tomar magnesio, entonces?
-En cada comida, un gramo, porque si tomas una dosis más alta de magnesio, no podrá absorberse, y se eliminará por la orina.

-¿Qué efecto central tiene el magnesio?
- Relaja la musculatura. ¡Por eso los corredores etíopes son excelsos! El suelo está fertilizado por cenizas piroclásticas de magnesio, que pasa a las plantas y a los alimentos que comen. Pese a tener menos capacidad pulmonar que otros corredores, ¡rinden más!

-¿Qué otros beneficios me reportará tomar magnesio?
-Dormirás mejor, el sueño será más reparador. Y evitarás hipertensión, trombosis, taquicardias, infartos, dolores articulares, retinopatía, úlceras, ciática, migrañas, verrugas, angustias, cálculos renales, rinitis alérgicas, estados depresivos...

-¿Combate taquicardias e infartos?
-Sí, el magnesio refuerza el músculo cardíaco, favorece su trabajo. Ah, y también frena la inflamación prostática.

-¡La panacea, vamos!
-También favorece la formación de neurotransmisores: ¡tu coco funcionará mejor!

-¿Por qué no se conoce más todo esto?

-Que le responda Burton Altura, máximo experto mundial en el magnesio: "La magnesoterapia es demasiado barata, no reporta beneficios a la industria farmacéutica".

jueves, 14 de julio de 2016

Yoga para la autoestima


¿PUEDE EL YOGA Y LA MEDITACIÓN MEJORAR LA AUTOESTIMA Y DETENER LA AUTOCRÍTICA?

El Yoga es la ciencia de una vida física y mental equilibrada. El amor propio y la autocrítica son polos opuestos, la mayoría de las personas se apresuran a criticarse a sí mismos cuando cometen errores. Muchos de nosotros estamos constantemente exagerando nuestros propios defectos.

Si bien es cierto que ninguno de nosotros es perfecto, no es bueno para nuestra propia autoestima que constantemente le recordemos este hecho. Analizarnos a nosotros mismos puede atraer una despiadada autocrítica. Podemos ser capaces de decirle a un amigo que pare de criticarnos, pero la mente puede chirriar mientras duermes o en cualquier momento del día.

¿Cómo puede la Meditación o el Yoga ayudar a entrenar nuestras mentes, para detener la búsqueda de fallas dentro de nosotros? ¿Cómo puede la Meditación o el Yoga ayudarnos a ser más conscientes de esas vocecitas o diálogo interno negativo?

La solución del yoga para la autocrítica


Yoga para mejorar autoestima

Swami Kripalu, un maestro espiritual del siglo 20 y conocido Gurú del Yoga, una vez dijo: “La forma más elevada de la práctica espiritual es la auto-observación sin autocrítica.”

Pocas disciplinas alientan a los practicantes a examinarse a sí mismos, hacia el interior y hacia el exterior, como lo hace el arte de la meditación. La eterna pregunta de “¿Quién soy yo?” conduce a la auto-observación, pero el proceso de aceptación de uno mismo es realmente mucho más difícil.

Las decisiones inteligentes requieren habilidades de pensamiento crítico y la conciencia exige objetividad y claridad. Las expectativas poco realistas y el perfeccionismo, sin embargo, bloquean la creatividad. Destruyen la autoestima, y dan lugar a la ira y a la frustración. Tratar de cumplir con los estándares de otras personas, juzgar el éxito por recompensas externas, y exigirse un rendimiento impecable dan las bases para el diálogo interno destructivo.








PREVENCIÓN A TRAVÉS DEL YOGA

Si bien el objetivo de la meditación yóguica es la creación de la armonía entre la mente interna y externa.

A veces, algunas soluciones prácticas son capaces de detener la voz interna crítica, antes de que este se salga de control. Primero, sin embargo, es vital reconocer el proceso en sus etapas iniciales.

Las señales de advertencia pueden ser un nudo en la garganta, los músculos tensos, los dientes apretados, u otras señales físicas y emocionales.

La meditación es la herramienta que permite presenciar y alterar estos patrones poco saludables de pensamiento.
6 MANERAS DE PARAR LA AUTOCRÍTICA EN SUS PRIMERAS ETAPAS
Escucha las cintas automáticas reproduciéndose dentro de tu cabeza. Si tu mente está llena de pensamientos negativos, deténte y pregúntate si son verdaderas. Ser consciente es el primer paso para hacer cambios.
Cuando te encuentres escuchando pensamientos críticos, sustituye las falsas declaraciones con valoraciones positivas potenciadoras. Por ejemplo si te escuchas diciendo: “Yo no sirvo para nada”, puedes decirte: “Hoy soy consciente del hermoso, valioso, único y grandioso ser humano que soy”. “Me amo, me aprecio, me valoro y me honro, porque así lo decido y punto”.
Haz posturas de yoga para liberar la energía acumulada y despejar tu mente.
Practica técnicas de respiración controlada (pranayama).
Escribe acerca de tus sentimientos. Los estudios han demostrado que los estudiantes que tienen ansiedad por su rendimiento, obtienen mejores resultados en las pruebas cuando escriben acerca de su ansiedad de antemano. Esto significa mirarte, o mirar el miedo a la cara, cuando lo haces y te preguntas ¿Qué es lo peor que podría pasar? las respuesta sinceras te conducen, a que siempre hay una solución a cada problema. Y que todo en la vida te sirve.
CONCLUSIÓN

Una práctica regular de la Meditación y Yoga aumenta la sensibilidad a las sensaciones físicas y emocionales, por lo que es más fácil detener el ciclo de la autocrítica, antes de que el cuerpo responda con síntomas como la liberación de adrenalina o un aumento en la presión arterial. La clave del éxito es familiarizarse con los pensamientos negativos y darse cuenta de que son sólo eso – pensamientos. El SER que realmente TÚ ERES, es mucho más que tus pensamientos, porque TÚ ERES el pensador y como tal tienes el poder de elegir diferente en cada ahora.

Mas información en el buscador de este blog referencia: Autoestima

miércoles, 13 de julio de 2016

Espiritualidad: ‘bypass espiritual’





Muy Interesante!! Los extremos son peligrosos....El equilibrio, el conocernos, revisar creencias que nos limitan, enfrentar el cambio es el camino...sin preguntarnos tanto "¿Porque?"....sino "PARA QUE?"

Los riesgos del ‘bypass espiritual’

¿Alguna vez recurriste a tu espiritualidad para evitar enfrentar un aspecto doloroso de tu vida? ¿Dejaste pasar abusos en nombre de la compasión? ¿Te escudaste en tus aspiraciones más elevadas para evitar sentir celos o enojo, por considerarlas emociones “poco espirituales”?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, no estás solo. La mayoría de las personas que transitan el camino espiritual caen en algún momento, sin darse cuenta, en esta distorsión que el psicólogo estadounidense John Welwood bautizó “bypass espiritual” allá por 1984. De hecho, es una ocurrencia tan común en la cultura espiritual reinante, que muy pocos perciben su existencia y los peligros que trae aparejados.
Autores como Ken Wilber y Robert Augustus Masters incluso advierten que muchos consejeros religiosos y psicólogos transpersonales hoy promueven este error, con las mejores de las intenciones, al proponerle a quienes buscan su ayuda soluciones espirituales a problemas de otro origen (cognitivos, psicológicos, hasta corporales).
El psicoterapeuta Robert Masters dice en su libro Bypass espiritual: cuando la espiritualidad nos desconecta de lo que verdaderamente importa que nuestra dificultad para tolerar y hacer frente a nuestra sombra personal y colectiva es el motor que nos lleva a buscar la espiritualidad como refugio o solución fácil a nuestros problemas. En estos casos, las prácticas o creencias no ayudan a elevarnos sino a evitar el costoso tránsito por el auto-examen y la auto-observación, a acallar la voz interior que nos dice que algo no está bien, a barrer bajo la alfombra conflictos y dificultades que piden a gritos ver la luz del día.
Así lo describe John Welwood, quien acuñó el término a partir de lo que observaba en su comunidad de practicantes budistas, y en él mismo: “Cuando caemos en el ‘bypass spiritual’, usamos la meta de la iluminación o la liberación para racionalizar lo que yo llamo trascendencia prematura: intentar elevarnos por encima del costado crudo y desprolijo de nuestra humanidad antes de haberlo enfrentado verdaderamente y haber hecho las paces con él. Y entonces procuramos usar la verdad absoluta para descalificar nuestras necesidades humanas relativas, nuestros problemas psicológicos, nuestras dificultades vinculares o déficits de desarrollo. Creo que este es una especie de ‘peligro ocupacional’ del camino espiritual, dado que la espiritualidad conlleva la visión de ir más allá de nuestra situación kármica actual”.
¿De qué formas se manifiesta esta tendencia en las personas? En una actitud de desapego excesivo, la represión de ciertas emociones (la tendencia a “anestesiar” la tristeza o el enojo), o a través una compasión ciega, una inclinación exacerbada hacia lo positivo, ignorando o denostando la propia sombra (los aspectos mal vistos de uno mismo). En casos más extremos, puede presentarse, incluso, como delirios de iluminación.
También se denomina a esta tendencia “inflación espiritual”, en referencia a la noción de que todo puede trascenderse a pura fuerza de luz y voluntad. Pero ya lo decía C.G. Jung: “Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”.
Un ejemplo de Welwood, en relación a la práctica del budismo en Occidente: “Si uno intenta practicar el desapego renegando de la propia necesidad de recibir amor, lo único que logra es desterrar esa necesidad al Inconsciente, donde posiblemente actúe y se manifieste de maneras potencialmente peligrosas”.
Explica el terapeuta: “Es fácil usar conceptos como ‘la verdad del vacío’ de una manera distorsionada. La enseñanza es que los pensamientos y las emociones no tienen existencia verdadera, que son apenas ilusiones del Samsara (el mundo de las formas), y por lo tanto, no debemos prestarles atención. ‘Debes reconocerlos como formas vacías y, atravesarlos sin más’, es el consejo que reciben los discípulos. Esto puede ser útil en el ámbito de la práctica, pero en situaciones de la vida, esas mismas palabras pueden ser usadas para reprimir o negar sentimientos que requieren nuestra atención. Lo he visto ocurrir en numerosas ocasiones”.
“Temo que lo que muchos budistas occidentales están practicando no es desapego, sino evitación del apego. Esto no es lo mismo que liberación del apego: es otra forma de apego: se apegan a la negación de sus necesidades humanas, por desconfianza en el amor” , subraya.
Este fenómeno se asocia en parte con la explosión de interés en la espiritualidad que acontece en los años 60 y la adopción por parte de Occidente de prácticas y saberes del Oriente; y también con la deformación de estas prácticas y creencias en lo que ha dado en llamarse “espiritualidad de consumo rápido”.
Pero no es privativo de las tradiciones orientales ni de sus prácticas; la oración también puede ser usada como una manera de evitar contactar con las heridas psicológicas y los dolores del corazón.
Lo cierto es que no hay nada instantáneo en el proceso de crecimiento espiritual. Quienes conquistan la madurez en este terreno lo hacen a fuerza de años de trabajo interior y transparencia, sabiéndose pequeños y falibles en cada paso del camino. En términos de Welwood, en ellos la fruta cae del árbol por su propio peso, en lugar de ser arrancada prematuramente de la rama.
Hay en estos seres añejados espiritualmente -sean monjes, maestros o barrenderos- una cualidad de integridad y de arraigo. No son almas descarnadas ni aparentan serlo. No están, ni se pretenden, más allá de nada. Por eso son capaces de abrazar la complejidad de quienes los rodean con amor, y mostrar el camino hacia una transcendencia real, sin atajos ni ilusiones de santidad, con simple vocación humana.
¿Qué más podríamos desear?

Autora: Fabiana Fondevila (tomado de la web)

viernes, 8 de julio de 2016

Enseñar Meditación a niños



Enseñando a los niños a Meditar en su Felicidad

Meditación para niños
Si hay algo que se le antoja a los padres es que sus niñas y niños lleguen a conseguir cuando adultos la tan anhelada dicha y realización que de alguna forma todos buscamos. Pero ¿Cómo empezar a transmitirles algo tan valioso? Sin duda esto puede empezar a transmitírseles desde niños, y no importan la religión o creencia que se tenga, lo importante es que ellos empiecen a sentirse muy seguros de que a pesar de que el mundo parezca muchas veces contradictorio, sin sentido y quizá doloroso, hay una herramienta que los puede acompañar en su aventura de descubrir y realizar la aventura de sus sueños más honestos y sinceros, y esa herramienta se llama meditar.
Lo primero que hay que comprender como padre es que la meditación no es algo en donde uno deba permanecer quieto o abstracto del mundo, la meditación, entre otras cosas, es un medio de conducirnos a ganar consciencia. Ganar consciencia significa que nosotros nos damos cuenta de lo que hacemos y el porqué lo hacemos, llevándonos dicha reflexión a madurar conscientemente nuestras acciones.
Asi pues, esta meditación no requiere que tu niño permanezca quieto ni pensando determinadas cosas, esto no funciona porque los niños son muy inquietos, su atención cambia demasiado de prisa de una cosa a otra, y es imposible, además de inadecuado, obligar a que los niños piensen determinadas cosas porque les restamos su fresca espontaneidad y creatividad.
La Meditación Reflexiva
La meditación activa simplemente consiste en conducir a los pequeños por medio del la reflexión. A partir de los 6 o 7 años,, un pequeños ya puede llevar a cabo dicha meditación, la cual tiene como objetivo desarrollar la habilidad de observarse a si mismo y madurar naturalmente por medio de una consciencia y reflexión sus emociones.

Los pasos son los siguientes:

1. Cada vez que intentes reprender a tu pequeño por algo que a tu parecer estuvo incorrecto, debes procurar guiarlo más con preguntas que con las palabras de reprimenda. Sin duda, aprendemos mucho mejor cuando “nos damos cuenta” que cuando alguien nos dice que estuvo “mal” algo que hicimos. Debemos tomar en cuenta que los pequeños aprenden, así como nosotros, experimentando, no tienen ninguna intención, ni “mala ni buena” para hacer las cosas. Sin embargo, se sentirán realmente mal o culpables si les hacemos creer que esta mal que experimenten, irán formándose con el tiempo la idea de que existe algo mal dentro de ellos. Esto puede que no se note en el momento, pero sin duda, entre más se reprende al niño y se le hace sentir que “estuvo mal”, más este se sentirá inseguro, tarde o temprano se rebelará.

2. Guía con preguntas: sin duda, la mejor forma que los pequeños tienen para aprender y valorar lo que hacen, es por medio de la reflexión guiada. Hay que tener las ganas de querer “enseñarles” lo que es “bueno o correcto” y empezar por guiarle con preguntas como: ¿qué crees que sintió tu amigo cuando hiciste eso? ¿Qué sentiste cuando lo hiciste? ¿Cómo podrías haberlo solucionado? Las respuestas que nos den pueden después ser sazonadas con nuestra opinión: “no crees que le dolió” ¿Cómo te hubieras sentido si a ti te hubiese pasado lo mismo?

3. No programar con palabras: Es importante no forzarlo y llevar a cabo esta conducción de una forma muy amistosa, presentarnos ante los pequeño amigablemente y, sobre todo, no caer en en palabras que los definan como algo en particular, así como ”eres malo” “eres injusto” “eres muy desordenado”, etcétera. Hay que recordar que cuando les hablamos así estamos reprogramando su mente, y lo único que hacemos con nuestra actitud es fomentar y reforzar dichas conductas en ellos.

Estos breves pasos, aunque no lo parezca, son previos a la felicidad del próximo adulto, porque aprender a observarnos y a considerar no sólo lo que sentimos, sino lo que sienten los demás, es requisito indispensable para valorar mejor las circunstancias y enriquecer nuestra consciencia, lo cual ayudará a los pequeños a tener un manejo emocional mucho más maduro y consciente, lo cual equivale a una vida más plena y feliz.





jueves, 7 de julio de 2016

Cuento: La tortuga regresa a su hogar


Cuentito:"El Regreso de la Tortuga a su Hogar"





Érase una vez una tortuga que había perdido la memoria y no se acordaba de quién era ni recordaba el camino de regreso a su Hogar. Estaba perdida en el bosque y lloraba. Lloró tanto que el bosque empezó a llenarse de lágrimas.
Esto ocasionó problemas a los enanos del bosque, ya que comenzó a entrar agua (lágrimas) en sus casas.
Decididos a buscar el origen de tal "inundación", salieron de sus casa para saber cual era el problema.
Pronto encontraron a la tortuga llorando desesperadamente y le preguntaron:
-Tortuga, ¿por qué lloras tanto?
-He perdido la memoria y no recuerdo quien soy ni como volver a mi hogar.
Los enanos tuvieron una ocurrencia. Le colocaron unas hierbas mágicas dentro del caparazón y le dijeron:
-Cada vez que quieras saber quien eres y lo que debes hacer, pon la cabeza dentro del caparazón, huele las hierbas mágicas y deja que las respuestas lleguen a ti. ¡Verás que bien funciona!

La tortuga así lo hizo: puso la cabeza dentro del caparazón, olió las hierbas mágicas y quedó en silencio una noche entera. De pronto, comenzó a ver una hermosa Luz brillar adentro de ella. Con detenimiento se acercó a observarla y descubrió que estaba en su corazón. Entonces emocionada exclamó:
-¡Claroooo! Todo el tiempo he tenido aquí la respuesta. ¡Mi corazón es quien Soy! ¡Mi corazón es mi Hogar!

A partir de ahora la tortuga siempre supo lo que debía de hacer. Cuando necesitaba respuestas, ponía la cabeza en el caparazón y aguardaba pacientemente en silencio la señal de su corazón.