Haptonomia. 
Mayte Medrano López 
Resumen:  El contacto afectivo confirmante intraútero con el bebe imprime en su  consciencia primitiva una serie de engramas positivos fijándose en su  memoria sensorial a largo plazo e instaurando un estado de seguridad de  base que será importante en el desarrollo armónico de su personalidad  posterior, su felicidad, su autonomía y salud psíquica. La Efectividad  de la Afectividad. 
Palabras clave: Haptonomía,  afectividad, acompañamiento, beneficios.La Haptonomía también llamada  Ciencia de la Afectividad, es la ciencia que estudia las interacciones y  las relaciones afectivas humanas. Es una ciencia fenómeno–empírica, que  pone en práctica fenómenos típicos de la persona cuyos efectos son  reproducibles, verificables y predecibles. Se constituye como tal a  partir de una conceptualización inter, pluri y transdisciplinar, ya que  utiliza en las terapias soporte teóricos pertenecientes a disciplinas  muy diferentes: medicina, psicología, biología, filosofía etc. 
Fue  fundada por el médico holandés Frans Veldman, quien en su juventud se  vio confron- tado a la angustia humana provocada por los trágicos hechos  que vivió durante la Segunda Guerra Mundial. De esta forma descubrió la  importancia de la dimensión afectiva en los contactos y relaciones  entre los seres humanos.Analizó y reconoció las causas de los déficits,  carencias, frustraciones o traumatismos que traban o inhiben el  desarrollo de la salud psíquica. Esto le llevó a destacar la necesidad  de la confirmación afectiva existencial del ser humano durante toda su  existencia y desde la concepción, para aportarle la seguridad interior  de base necesaria para llegar a ser un adulto sano mediante el  desarrollo armónico de sus aspectos físicos, psíquicos y afectivos. 
La  palabra Haptonomía procede del griego clásico: hapsis que significa el  tacto, el sentido, la sensación. Hapto, del verbo haptein quiere decir:  yo toco, reúno, establezco una relación, me uno a... y, en sentido  figurado, establecer un contacto (tactílmente) con alguien para curarle,  sanarle, devolverle la integridad y para confirmar al otro en su  existencia. Se comprenderá que se trata de una auténtica comu- nicación  de tipo afectivo entre humanos basa- da en un contacto táctil que no es  un “tocar objetivante”, sino un acercamiento particular y específico de  la Haptonomía llamado contacto psicotáctil o thymotáctil. No se trata  pues de masajes, caricias, ni técnicas corporales ya que la mano “habla”  más allá de la piel y del cuerpo cuando nuestras posibilidades de  interacción y de resonancia hacia el otro son puestas en marcha. No es  el cuerpo lo que se toca, sino la persona, de forma que se establece una  comunicación afectiva con la persona, un auténtico reencuentro. La  Haptonomía no es un método, ni una técnica sino un “arte” del ser  humano. 
El acercante en tanto que terapeuta, des- arrolla una  presencia afectiva, rica, transparente y acogedora hacia el acercado (la  persona que es contactada). Este contacto psicotáctil afectivo  confirmante pone en marcha circuitos neuro–hormonales arcaicos de gran  importancia en la vida de las personas. Produce en la persona acercada  reacciones de anticipación especialmente en los músculos, ligamentos,  articulaciones y tejidos con cambios en su tono muscular, que se  manifiestan en el somatotono (tono somático o del cuerpo) por mayor  elasticidad de los tejidos y que facilitan el bienestar, la correcta  estática corporal, disminuye la vulnerabilidad y permite una mayor  tolerancia al dolor, especialmente en las situaciones de traumatismos  articulares y musculares y contracciones del parto. 
Además de  estas variaciones en el tono vital integral de la persona, reacciona  sobre el psicotonus, que se define como la fuerza de expansión psíquica  del individuo, produciendo un estado de equilibrio, de seguridad de base  y una autonomía esenciales para la maduración del ser humano o su  curación en los casos de grave sufrimiento existencial. 
Para la  Haptonomía, el tono de representación expresa la forma de ser y de estar  del individuo frente al mundo, refleja la personalidad, y según las  circunstancias: la atención, el asombro, el terror, la alegría, la  retirada en uno mismo, la apertura, etc. El tono de representación  integra el somatotono y el psicotono y nos muestra tal y como somos y  tal y como estamos. El acercamiento haptonómico, gracias a la  confirmación afectiva, provoca adaptaciones del tono de representación. 
Es  importante saber que los niños y los bebés intraútero son muy sensibles  a estos cambios en los adultos y adaptan su propio tono de  representación al del adulto, por lo que cualquier modificación de éste  es inmediatamente percibido por ellos, que reaccionan de inmediato (esta  realidad manifestada hace años es hoy comprobable gracias a los avances  técnicos como los de la ecografía tridimensional y la fetoscopia y  confirmado por la evolución de las neurociencias).
Gracias Diana Lloyd

 
 
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