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domingo, 25 de septiembre de 2011

HAPTONOMÍA

Haptonomia.
Mayte Medrano López

Resumen: El contacto afectivo confirmante intraútero con el bebe imprime en su consciencia primitiva una serie de engramas positivos fijándose en su memoria sensorial a largo plazo e instaurando un estado de seguridad de base que será importante en el desarrollo armónico de su personalidad posterior, su felicidad, su autonomía y salud psíquica. La Efectividad de la Afectividad.

Palabras clave: Haptonomía, afectividad, acompañamiento, beneficios.La Haptonomía también llamada Ciencia de la Afectividad, es la ciencia que estudia las interacciones y las relaciones afectivas humanas. Es una ciencia fenómeno–empírica, que pone en práctica fenómenos típicos de la persona cuyos efectos son reproducibles, verificables y predecibles. Se constituye como tal a partir de una conceptualización inter, pluri y transdisciplinar, ya que utiliza en las terapias soporte teóricos pertenecientes a disciplinas muy diferentes: medicina, psicología, biología, filosofía etc.

Fue fundada por el médico holandés Frans Veldman, quien en su juventud se vio confron- tado a la angustia humana provocada por los trágicos hechos que vivió durante la Segunda Guerra Mundial. De esta forma descubrió la importancia de la dimensión afectiva en los contactos y relaciones entre los seres humanos.Analizó y reconoció las causas de los déficits, carencias, frustraciones o traumatismos que traban o inhiben el desarrollo de la salud psíquica. Esto le llevó a destacar la necesidad de la confirmación afectiva existencial del ser humano durante toda su existencia y desde la concepción, para aportarle la seguridad interior de base necesaria para llegar a ser un adulto sano mediante el desarrollo armónico de sus aspectos físicos, psíquicos y afectivos.

La palabra Haptonomía procede del griego clásico: hapsis que significa el tacto, el sentido, la sensación. Hapto, del verbo haptein quiere decir: yo toco, reúno, establezco una relación, me uno a... y, en sentido figurado, establecer un contacto (tactílmente) con alguien para curarle, sanarle, devolverle la integridad y para confirmar al otro en su existencia. Se comprenderá que se trata de una auténtica comu- nicación de tipo afectivo entre humanos basa- da en un contacto táctil que no es un “tocar objetivante”, sino un acercamiento particular y específico de la Haptonomía llamado contacto psicotáctil o thymotáctil. No se trata pues de masajes, caricias, ni técnicas corporales ya que la mano “habla” más allá de la piel y del cuerpo cuando nuestras posibilidades de interacción y de resonancia hacia el otro son puestas en marcha. No es el cuerpo lo que se toca, sino la persona, de forma que se establece una comunicación afectiva con la persona, un auténtico reencuentro. La Haptonomía no es un método, ni una técnica sino un “arte” del ser humano.
El acercante en tanto que terapeuta, des- arrolla una presencia afectiva, rica, transparente y acogedora hacia el acercado (la persona que es contactada). Este contacto psicotáctil afectivo confirmante pone en marcha circuitos neuro–hormonales arcaicos de gran importancia en la vida de las personas. Produce en la persona acercada reacciones de anticipación especialmente en los músculos, ligamentos, articulaciones y tejidos con cambios en su tono muscular, que se manifiestan en el somatotono (tono somático o del cuerpo) por mayor elasticidad de los tejidos y que facilitan el bienestar, la correcta estática corporal, disminuye la vulnerabilidad y permite una mayor tolerancia al dolor, especialmente en las situaciones de traumatismos articulares y musculares y contracciones del parto.
Además de estas variaciones en el tono vital integral de la persona, reacciona sobre el psicotonus, que se define como la fuerza de expansión psíquica del individuo, produciendo un estado de equilibrio, de seguridad de base y una autonomía esenciales para la maduración del ser humano o su curación en los casos de grave sufrimiento existencial.
Para la Haptonomía, el tono de representación expresa la forma de ser y de estar del individuo frente al mundo, refleja la personalidad, y según las circunstancias: la atención, el asombro, el terror, la alegría, la retirada en uno mismo, la apertura, etc. El tono de representación integra el somatotono y el psicotono y nos muestra tal y como somos y tal y como estamos. El acercamiento haptonómico, gracias a la confirmación afectiva, provoca adaptaciones del tono de representación.
Es importante saber que los niños y los bebés intraútero son muy sensibles a estos cambios en los adultos y adaptan su propio tono de representación al del adulto, por lo que cualquier modificación de éste es inmediatamente percibido por ellos, que reaccionan de inmediato (esta realidad manifestada hace años es hoy comprobable gracias a los avances técnicos como los de la ecografía tridimensional y la fetoscopia y confirmado por la evolución de las neurociencias).

Gracias Diana Lloyd

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