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lunes, 16 de enero de 2012

POLARIDAD Y UNIDAD -LOS HEMISFERIOS CEREBRALES

Polaridad y Unidad
Jesús les dijo: Cuando de los dos hagáis uno y cuando hagáis lo de dentro como lo de afuera y lo de afuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de abajo y de lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino, cuando hagáis ojos en vez de un ojo y una mano en vez de una mano y un pie en vez de un pie y una imagen en vez de una imagen, entonces entraréis en el Reino.
Tomás. Evangelios Apócrifos, cap.22.
Al decir Yo, el ser humano se separa de todo lo que percibe como ajeno al Yo: el Tú, y desde este momento, el ser humano queda preso en la polaridad. Su Yo lo ata al mundo de los contrapuntos que no se cifran solo en el Yo y el T'sino también en lo interno y lo externo, mujer y hombre, bien y mal, verdad y mentira. El ego del individuo le hace imposible percibir, conocer o imaginar siquiera la unidad o el todo en cualquier forma. La conciencia lo escinde todo en parejas de contrarios que nos plantea un conflicto porque nos obligan a diferenciar y a decidir. Nuestro entendimiento no hace otra cosa que desmenuzar la realidad en pedazos discernimiento. Por ello, se dice sí a una cosa y, al mismo tiempo no a su contrario, pues es sabido que " los contrarios se excluyen mutuamente ". pero con cada no, con cada exclusión, incurrimos ennuna carencia, y para estar sano hay que estar completo. Tal vez se aprecie ya lo estrechamente ligado que está el tema enfermedad-salud con la polaridad. Pero aún podemos ser más categóricos: enfermedad es polaridad, curación es superación de la polaridad.

Más allá de la polaridad en la que nosotros, como individuos, nos encontramos inmersos, está la unidad, el Uno que todo lo abarca, en el que se aúnan los contrarios. Este ámbito del ser se llama también el todo porque todo lo abarca y nada puede existir fuera de esta unidad, de este Todo. En la unidad no hay cambio ni transformación ni evolución, porque la unidad no está sometida al tiempo ni al espacio. La Unidad -Todo está en reposo permanente, el Ser puro, sin forma ni actividad. Llama la atención que todas las definiciones de la unidad hayan de ser formuladas en negativo: sin tiempo, sin espacio, sin cambio, sin límite.
Todas nuestras afirmaciones positivas nacen de nuestro mundo dividido y, por consiguiente, no pueden aplicarse a la unidad.
Desde el punto de vista de nuestra conciencia bipolar la unidad se aparece como la Nada. Esta formulación es correcta, pero con frecuencia nos sugiere asociaciones falsas. Los occidentales especialmente suelen reaccionar con desilusión cuando descubren, por ejemplo, que el estado de conciencia que persigue la filosofía budista, el nirvana viene a significar nada (textualmente: extinción).
El ego del ser humano desea tener siempre algo que se encuentre fuera de él y no le agrada la idea de tener que extinguirse para ser uno con el todo.
El origen de todo Ser es la Nada (el Ain Soph de los cabalistas, el tao de los chinos, el Neti-Neti de los indios). Es lo único que realmente existe, sin principio ni fin, por toda la eternidad. La unidad es la antítesis de la polaridad, y por consiguiente, sólo es concebible incluso, en cierta medida experimentable, por el ser humano que , por medio de determinados ejercicios o técnicas de meditación, desarrolla la capacidad de aunar, por lo menos transitoriamente, la polaridad de su conocimiento.

Todos poseemos una conciencia del mundo polarizadora. Es importante reconocer que lo polar no es el mundo sino el conocimiento que nuestra conciencia nos da de él. Inhalación y exhalación se alternan constante y rítmicamente. Ahora bien el ritmo que forman no es más que la continúa alternancia de dos polos. El ritmo es el esquema básico de toda vida. El que se niega a exhalar el aire no puede volver a inhalar. Ello nos indica que la inhalación depende de la exhalación y que sin su polo opuesto, no es posible.
Un polo para su existencia depende del otro polo. Si quitamos uno desaparece también el otro. Por ejemplo la electricidad se genera de la tensión establecida entre dos polos, si retiramos un polo, la electricidad desaparece.


Aquí tenemos un dibujo muy conocido, en el que cualquiera puede experimentar claramente el problema de la polaridad que aquí se plantea en primer término, segundo término o concretamente caras/copas. Cuál de las dos formas vea dependerá de si pongo en primer término la superficie blanca o la negra. Si interpreto como fondo la superficie negra, la blanca se sitúa en primer término y veo una copa. Está apreciación cambia cuando considero que la superficie blanca es el fondo, porque entonces veo como primer término la superficie negra y aparecen dos caras de perfil. En este juego óptico se trata de observar atentamente nuestra reacción fijando la atención en una u otra superficie. Los dos elementos copas/caras están presentes en la imagen simultáneamente, pero obligan al que mira a decidirse por uno o por el otro.

La polaridad es como una puerta que en una lado tiene escrita la palabra entrada y, en el otro, salida, pero siempre es la misma puerta y, según el lado por el que nos acerquemos a ella, vemos uno u otro de sus aspectos. A causa de este imperativo de dividir lo unitario en aspectos que luego hemos de contemplar sucesivamente se crea el concepto de tiempo, porque de la contemplación con una conciencia bipolar la simultaneidad del Ser se convierte en sucesión. Si detrás de la polaridad está la unidad, detrás del tiempo se halla la eternidad. Entendemos eternidad en el sentido metafísico de intemporalidad, no en el que da la teología cristiana, de un largo, infinito continuum de tiempo
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1 comentario:

  1. El tema de la polaridad me fascina y tú artículo me encanto porque agregas una nueva variante muy importante la UNIDAD, la polaridad superada
    Gracias. Lo usaré en mi clase.

    Sat Nam

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Me es muy grato recibir tus comentarios. Gracias Gloria Morelli