TÉCNICA
Colóquese extendido en el suelo boca abajo, con las piernas juntas y estiradas. Sitúe los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo.
Eleve el tronco tanto como pueda en el aire y a continuación sitúe las palmas de las manos sobre el suelo, aproximadamente a la altura de los hombros.
Ayudándose ahora de las manos y los brazos, arquee aun más el tronco hacia atrás, de tal manera que el bajo vientre permanezca junto al suelo y el estómago en el aire. Para ello, los brazos deben quedar flexionados.
Mantenga las piernas juntas e incline la cabeza hacia atrás.
Regule la respiración.
Mantenga la postura el tiempo indicado, deshágala con lentitud y relájese.
CONCENTRACIÓN
Durante el mantenimiento de la postura puede dirigir la atención mental a lo largo de la columna vertebral o a la respiración.
TIEMPO
De forma estática, treinta a cuarenta y cinco segundos. Esta postura puede realizarse dos o tres veces.
En forma dinámica resptir cinco veces la asana con respiración profunda. Inhalo y elevo, al bajar exhalo.
EFECTOS
Estira y revitaliza los músculos del vientre, el pecho y el cuello.
Tonifica los nervios espinales.
Previene contra trastornos de la columna vertebral, dotándola de vigor y elasticidad.
Combate o previene: la dispepsia, la aerofagia y la indigestión, facilitando la evacuación.
Ejerce masaje en ovarios en las mujeres y próstata en los hombres, mejorando su funcionamiento.
Ejerce un beneficioso masaje en los riñones.
Previene contra el asma y trastornos respiratorios.
Previene la escoliosis, el lumbago y la ciática.
Equilibra las energías en todo el cuerpo e influye positivamente sobre los centros de energía instintivos y vitales.
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Me es muy grato recibir tus comentarios. Gracias Gloria Morelli