Popularizada en occidente por el maestro Ravi Ravi Shankar es una poderosa meditación que combina diferentes elementos tradicionales del Yoga de la India.
Su efecto tranquilizante es tan intenso que varios psiquiatras y neurólogos la están enseñando a sus pacientes como alternativa al uso de ansiolíticos.
Como toda meditación, su efecto es acumulativo. Por lo tanto, cada dia de práctica es un paso adelante hacia nuestro equilibrio nervioso y sicológico.
Cómo practicarla
Elija un espacio cómodo, preferentemente con abundante aire puro.
Asegúrese de no ser molestado al menos durante los próximos 15 minutos.
Adopte su postura de meditación.
Comenzamos ajustando nuestra respiración, utilizando la respiración Ujjayi, una técnica de pranayama muy tradicional. Para eso, inhalamos lento y profundo por la nariz y al exhalar tratamos de que vibren suavemente las cuerdas vocales, la glotis, como si fuera el ronquido de un bebé. La exhalación es por la nariz o la boca ligeramente entreabierta de manera indistinta.
Mantenga ese ritmo respiratorio. Imagine un punto de luz en su entrecejo. Dirija sus globos oculares (sus párpados están cerrados) hacia ese punto imaginario.
Agregue el siguiente mantra: So Ham. Al inhalar repita mentalmente "So", al exhalar "Ham".
Permita que los distintos elementos de la meditación se ajusten naturalmente.
En apenas quince minutos logrará una muy profunda tranquilidad y paz interior que al correr de los días se irá convirtiendo en algo cotidiano y casi permanente.
Ahora, a meditar
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