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miércoles, 27 de abril de 2011

BENEFICIOS DEL YOGA PARA NIÑOS. la unión de juego y relajación

Una niña y su madre practicando yoga

Todos los niños pueden beneficiarse de los efectos positivos del yoga

  Los padres buscan actividades para sus hijos que, además de divertirles, tengan beneficios positivos para su desarrollo físico y psíquico y para su salud. El yoga para niños puede ser una buena opción para unir juego con relajación, concentración y equilibrio.

Originario de la India, la palabra yoga significa 'unión', unión primero con uno mismo - el niño se encuentra con sí mismo, aprende a conocerse a sí mismo -, y después con los demás - los pequeños aprenden a relacionarse y comunicarse con su entorno -.

Cuándo puede mi hijo practicar yoga

Los expertos coinciden que la mejor edad para que el niño se adentre en los ejercicios del yoga es a partir de los 4 años. A esa edad los pequeños ya saben perfectamente lo que se puede esperar y se quiere de ellos y ya tienen la capacidad de realizar y controlar ciertos movimientos del cuerpo.

A esa edad, para los niños, la práctica del yoga es una actividad lúdica. No obstante, gracias al yoga consiguen olvidar las posibles situaciones de presión o estrés que aparezcan en el colegio o en casa y se relajan, adoptando una actitud tranquila, reduciendo tensiones y facilitando su concentración y autocontrol. Además favorece su potencial creativo y potenciar su talento.

El yoga está indicado para todos los niños

El yoga es una actividad recomendada para todos los niños y niñas. La búsqueda del equilibrio y la armonía constituye una buena base para que, en el futuro, los pequeños disfruten de una vida adulta alegre y saludable.

Tanto para el niño inquieto o activo como para el tímido o vergonzoso, el yoga ayuda a canalizar su energía y reafirmar su autoestima. Ayudará a los más activos a aprender a relajarse y concentrarse más, mientras que también fomentará que los niños más callados pierdan su miedo ante los demás y se abran al universo que les rodea.

Consecuentemente, en función del temperamento de cada niño habrá que planificar las clases de yoga con unos tipos de ejercicios u otros. El doctor Pedro Martínez López explicaba en un artículo para la revista de la Asociación Española de Practicantes de Yoga (AEPY) que no se puede planificar "una práctica estándar del yoga igual para todos los tipos de niños, sino que antes tenemos que estudiar y analizar el temperamento de cada uno". A su juicio, hay que tener en cuenta "diversas características que luego influirán en la formación de una personalidad y de un desarrollo físico normal o desviado". Estas características son:
- Nivel de actividad del niño: frecuencia y rapidez de sus movimientos.
- Regularidad o irregularidad en sus funciones fisiológicas: sueño, hambre, etc.
- Reacción a experiencias nuevas como un dormitorio nuevo o estar con personas desconocidas.
- Mínima fuerza o estímulo necesarios para llamar su atención para realizar un nuevo movimiento o actividad.
- Energía de expansión en la que expresa sus emociones, estados de ánimos, deseos, ilusiones, etc.
- Humor.
- Facilidad con la que su atención de desvía de una a otra actividad por algún estímulo periférico.
- Tiempo de atención ininterrumpida hacia una actividad simple como ver la televisión o hacia una postura.

Por todo ello el yoga es una actividad muy recomendada para los niños, un juego que favorece su desarrollo en todos los sentidos y le ayuda a relajarse, concentrarse y llevar una vida más tranquila ahora y en el futuro, manteniendo siempre una actitud positiva.

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