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viernes, 20 de marzo de 2015

YÔGA y los procesos psicofísicos


Todos sabemos que para lograr un efecto real y duradero sobre alguno de nuestros cuerpos, el trabajo debe estar centrado en nuestro interior: esto significa cultivar un estado de conciencia determinado.

En nuestra cultura el hábito es poner afuera el trabajo y las soluciones a las incomodidades y problemas.
Por eso estamos tan expuestos a medicamentos, disciplinas y herramientas que nos ofrecen resultados rápidos con poca intervención de nuestra parte y terapias/disciplinas enlatadas de todo tipo.
Si analizamos por un momento las antiguas prácticas y a sus practicantes como ser el YOGA, el Zen, la Tradición Sufi, la filosofía China, etc, nos encontramos con otra realidad: resultados basados en el trabajo interior.

También nos encontraremos con algunas virtudes que para el "hombre medio" no son más que conceptos abstractos, ya que su práctica le resulta casi imposible: DISCIPLINA - CONSTANCIA - PACIENCIA - ATENCION - VOLUNTAD.
Eso es exactamente lo que debiéramos intentar cultivar a través de algún tipo de práctica o disciplina.

No se conoce otro modo de trabajo para la salud que ofrezca resultados reales y duraderos desde la existencia del hombre.

El YOGA, como terapia psico-energo-corporal (entre otras cosas), es un modo de entender la salud y la personalidad en términos del cuerpo, sus procesos energéticos y el nexo entre éstos y nuestro estado de conciencia.
Cuando se ejecutan determinados tipos de ejercicios y/o posturas (ASANAS), con la respiración adecuada y, sobre todo, con la ACTITUD INTERNA adecuada; estamos MODULANDO BIOENERGÍA (energía vital) para mantener una correcta captación y distribución de ésta en todo el organismo.

La cantidad de energía de que dispongamos y el modo en que la utilicemos determinarán como respondamos a las situaciones de la vida. Obviamente podemos afrontarlas de un modo mas efectivo si tenemos más energía disponible, capaz de ser libremente traducida en movimiento, autoexpresión y claridad de conciencia.

La rigidez o la tensión disminuyen nuestro potencial energético.

No podemos evitar la rigidez que viene con la edad. Lo que si podemos evitar es la rigidez debida a tensiones musculares crónicas derivadas de conflictos emocionales no resueltos.

La práctica regular del YOGA nos permitirá tener mas conciencia de nuestro cuerpo, sus procesos y su estado. Asi sabremos cuando es preciso hacer alguna corrección en el sistema.

Sin una adecuada respiración y movilidad corporal no puede existir salud plena: fisica, emocional, mental o sentimental.
Toda distorsión en nuestros procesos corporales, psicoemocionales y sensoriales alterarán inevitablemente nuestra percepción de la realidad produciendo un efecto de incomodidad y confusión.

O, visto de otra forma, podemos deducir que si nuestros procesos corporales, psicoemocionales y/o sensoriales no funcionan correctamante (síntomas, malestar, confusión) se debe a que nuestra percepción del mundo y de nuestra propia vida no son del todo acertados.


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