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viernes, 11 de julio de 2014

LOS MUDRAS Y LOS COLORES





Los colores también influyen, a todos los niveles, en nosotros y en nuestras vidas. La cromoterapia utiliza de forma muy concreta las diferentes tonalidades cromáticas para la regeneración de órganos y glándulas, la estimulación de las funciones excretoras, la respiración, el sistema circulatorio, etc. Los colores influyen también en nuestro estado de ánimo y en toda actividad mental.

• ROJO: Estimula el sistema circulatorio, mantiene alerta, es fuente de calor y relaja pero también puede producir agresividad.
• NARANJA: levanta el ánimo, otorga presteza, estimula la sexualidad, aunque también puede aportar superficialidad.
• AMARILLO: Estimula la digestión, despeja la mente y hace aparecer la vida bajo una luz clara, aunque también puede ser agobiante.
• VERDE: En general tranquiliza, regenera cada nivel y proporciona el deseo de empezar cosas nuevas.
• AZUL: También tranquiliza, pero la Paz que proporciona es más profunda y además transmite sensación de seguridad. El azul también protege, y en este color se halla también el secreto anhelo de lo incomprensible.
• VIOLETA: Es el color de la volubilidad, del cambio y de la espiritualidad.
• MARRÓN: Es el color de la estabilidad y de la unión con la tierra. Pero un exceso puede conducir al estancamiento.
• BLANCO: Es el color que contiene en sí mismo todo el espectro de los otros colores y que engloba tanto el nacimiento como la muerte.
• NEGRO: Es el color de la protección, del acopio de fuerzas, del retraimiento y del vacío, aunque lleve en sí mismo la plenitud. Muchos adolescentes, durante la pubertad prefieren vestirse de negro, porque están a las puertas de una nueva etapa de la vida. Pero un exceso de negro debilita el organismo, produce tristeza en el ánimo y favorece el pesimismo.

No hay colores “malos”, todo depende de la proporción. En nuestro aura o cuerpo de energía también aparecen todos los colores. Cuando un color prevalece sobre los demás o está fuera de su lugar, repercute en el estado de bienestar general y con el paso del tiempo puede llegar a desarrollarse una enfermedad. Sin embargo, con la ayuda de los colores, también es posible hacer remitir el proceso de una enfermedad.
No voy a entrar en detalles acerca del espectro de los colores y su relación con la curación, ya que excedería el marco de este libro, pero si sigue las indicaciones que se recogen a continuación, con la práctica de la meditación cromática experimentará vivencias agradables y positivas. Si siente predilección por un determinado color, es muy posible que necesite la cualidad correspondiente. Pero si esa predilección es excesiva, eso se convertirá en una adicción, y el color le perjudicará.
Mientras practica un mudra visualice un color o concéntrese en el color de un objeto. Es mejor lo primero, porque entonces el color adquirirá más vida, es decir, podrá imaginarse los colores oscuros o claros, mates o brillantes, ligados a formas o fluyendo, etc. Pongamos de ejemplo: si siente la necesidad de ir al bosque, porque es allí donde se estimula mejor su capacidad de regeneración, pero no dispone de tiempo, imagínese un bosque con mucho verde. Déjese mecer en su mente por el verde de las hojas, y volverá a refrescar su interior. Desde hace algún tiempo se emplean con éxito este tipo de visualizaciones y, en la actualidad, se utilizan a propósito paisajes llenos de color en la decoración de muchos hospitales para reforzar los procesos de curación. ¡Pruébelo!

Extraído del libro “MUDRAS. El Poder del Yoga en tus Manos” de Gertrud Hirschi

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Me es muy grato recibir tus comentarios. Gracias Gloria Morelli